A desalambrar
Por Baltasar Aguilar Fleitas
1
Vivimos acorralados por nuestras ideas. Creemos ser originales y libres, pero no salimos fácilmente del pensamiento que nos condiciona y somete. Romper ese cerco es la invitación que nos hace la obra de arte de esta semana. Es un buen tema para tocar en setiembre, mes de la diversidad.
Dividiremos el complejo entramado del asunto en breves subcapitulos onomásticos que podríamos unir como eslabones de una cadena.
2
Derrida
El término deconstrucción (del que se ha hecho un uso abusivo) fue introducido con fuerza en la historia del pensamiento por el filósofo francés Jacques Derrida (1930-2004).
Deconstruir no es destruir sino desarmar todo aquello que se nos presenta como dado, como natural y obvio. Cuestionar. Cuestionar los fundamentos. Desarmar nuestras creencias y formas más arraigadas de mirar la realidad. Dar vuelta como a una media las dicotomías con las que tratamos de lidiar con la vida. Dicotomías limitantes del pensamiento libre donde siempre uno de los términos es inferior al otro: blanco-negro, macho-hembra, heterosexual-homosexual…deconstruir es disolver esas dicotomías y anular el eje que separa lo superior de lo inferior.
3
Virginia Woolf y Orlando
Virginia Woolf (1882-1941) fue una escritora británica autora de varias obras, entre ellas Orlando, publicada en 1928.
Es una novela en parte biográfica basada en la vida de su novia Vita Sackville-West. Orlando es un personaje que cambia de sexo en un momento de la obra. Comienza como un joven noble en la Inglaterra de la época isabelina y se transforma en mujer. Con este eje Woolf aborda temas como la sexualidad, homosexualidad, identidad de género, etc. Imaginen el escándalo que produjo hace casi 100 años. Si deconstruimos (según el concepto derridiano) las categorías allí expuestas surge claro que la autora critica las identidades de género conocidas y considera arbitrarias y ridículas las valoraciones y roles que hacemos cotidianamente en torno al sexo.
4
Paul Preciado y Orlando
Paul B Preciado (1970) del cual mañana se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento es un filósofo español que enfoca su trabajo en la deconstrucción del sexo. Sus aportes más importantes se refieren a la teoría queer, los estudios sobre el género y sobre la condición trans. El término "queer" se refiere a un grupo de personas que no se identifican con las clasificaciones binarias del género y la sexualidad, como hombre/mujer y heterosexual/homosexual. Las personas queer buscan vivir su identidad sexual de forma libre y sin discriminación y proponen un modelo de relación no necesariamente monogámico. La obra principal de Preciado en este campo es “Manifiesto contrasexual” publicada en el año 2000: un libro imprescindible para entender las discusiones actuales en torno a la diversidad.
Paul B Preciado (la B es la inicial de su segundo nombre, Beatriz) tuvo una educación de alto nivel universitario y su asesor académico fue… adivinen…Jacques Derrida. Preciado fue pareja de la escritora francesa Virginie Despentes entre 2005 y 2014. En 2014 anunció su transición de mujer a hombre y, en enero de 2015, cambió su nombre original Beatriz Preciado por el de Paul Beatriz Preciado. Él se ha definido como hombre trans de cuerpo no binario. Preciado lo que hace, en esencia es deconstruir, según el método de su maestro Derrida, las categorías homosexual/heterosexual, macho/hembra…
Este filósofo quiso expresar su concepción filosófica y vital no solo en libros, clases y disertaciones, por lo que dirigió y protagonizó recientemente una película que se llama… adivinen… “Orlando, mi biografía política” (2023) que en Uruguay se vio hasta hace unos días en Cinemateca y otros cines. Se estrenó en Francia el 5 de junio pasado. No dejen de verla. Extraigo del comentario de Cinemateca Uruguaya el siguiente pasaje:
«En 1928, Virginia Woolf publica Orlando, la primera novela en la que el personaje principal cambia de sexo en medio de la historia. Un siglo más tarde, el filósofo Paul B. Preciado decide escribirle una carta a Virginia Woolf: su Orlando ha salido de la ficción y lleva una vida que jamás habría imaginado. “La primera metamorfosis revolucionaria es la poesía, la posibilidad de cambiar el nombre de todas las cosas”, declara Preciado en su ópera prima, un ingenioso y vigoroso ensayo cinematográfico sobre las identidades trans y no binarias».
En uno de los pasajes de la película se ve cómo la medicina y en especial la siquiatría tratan de imponer su dicotomía normal/anormal con la que pretenden explicar el mundo y la vida. El resultado es descrédito e incomprensión acerca de lo diverso humano.
5
Lorenza Böttner
Nacida como Ernst Lorenz Böttner en el seno de una familia alemana en 1959 en Punta Arenas, Chile, sufrió un accidente a los ocho años donde perdió ambos brazos. Falleció en Alemania en 1994. En una fecha reciente se exhibió en Barcelona y en Nueva York una retrospectiva de Lorenza bajo la curaduría de…adivinen…Paul Beatriz Preciado.
Lorenza, inicialmente Ernst, fue declarado discapacitado mayor. No obstante el diagnóstico médico Ernst rechazó las prótesis de los brazos y la rehabilitación por discapacidad y, en cambio, decidió estudiar en Alemania y transformó a su cuerpo mutilado en una obra de arte. Se dedicó a realizar performances públicas encarnando una identidad femenina bajo el nombre de Lorenza Böttner, como se ve en la foto de la mitad izquierda de la imagen. Fue fotógrafa y también pintora (pintaba con la boca y los pies). Produjo varias obras como la que se ve en la mitad derecha: allí hay un cuerpo de sexo indiferenciado sin brazos que le da de comer a su bebe ubicado entre sus piernas utilizando la cara y el hombro.
También llegó a inspirar y representar a la mascota paraolímpica de Barcelona 92.
¿Cómo referirse a esta persona, como ella o como él? Paul B. Preciado recordó que Lorenza se refería a sí misma tanto como ella o como él. Preciado señaló que, al ser una artista trans y sin brazos, Lorenza subvirtió la historia del arte, que convencionalmente es la historia de la mano capacitada (¡notable esta observación del filósofo: la historia del arte es la historia de la mano capacitada!) “Hay que pensar que la mayoría de sus trabajos fueron hechos con sus pies y boca, muchos realizados en la calle, como una forma de clamar por el espacio de visibilidad” manifestó el filósofo.
De todo esto surgen, brotan innumerables preguntas:
¿Es arte lo que no es bello?
¿Qué es lo bello?
¿Es arte lo que no agrada?
¿Hay una sola forma de vivir el cuerpo? Si no se tienen brazos ¿hay que recluirse?
¿Qué papel juega en estos casos el poder médico tratando de “normalizar” lo que es infrecuente y sale de la norma?
Los roles de los géneros ¿son naturales o son construcciones “deconstruibles”? Orlando de la Woolf cambia de sexo, Paul Preciado también, Florencia Bötner también…
Recapitulando: se me ocurrió desparramar eslabones y unirlos en una cadena, un “hilo” como se dice ahora: De Derrida a Lorenza Bötner pasando por Virginia Woolf y Paul B Preciado (o al revés o como quieran).
Vivimos con ideas ordenadas, encerradas en corrales dicotómicos resguardados por los severos guardianes de la sociedad y lo políticamente correcto. La orden es:
A desalambrar…
A desalambrar.
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La obra de la semana es un “colagge” que hice con la ayuda de ChatGPT y que podríamos llamar, con poca imaginación, Colagge sobre Florencia compuesto por:
- a izquierda, Lorenza Böttner, Sin título, 1982, fotografía en blanco y negro. Colección privada. Cortesía: Leslie-Lohman Museum of Arts y Adrian Jones
- a derecha, Lorenza Böttner, Sin título (1985), pastel sobre papel © Leslie-Lohman Museum of Art, New York
Ambas imágenes con sus respectivas leyendas fueron extraídas de artishokrevista.com en este artículo.
Si quieren pueden escuchar y ver a Beatriz Preciado en una charla titulada ¿La muerte de la clínica? (ni más ni menos).
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