Ana contra la muerte… o la lucha con lo establecido
Por Stéfani Tedros
Ana contra la muerte no es una obra para mirar y evadirse, es un juego de razonamiento y una cachetada a nuestros sentires. Una obra profunda, que puede sensibilizarnos al extremo, de igual manera que nos pone a cuestionar lo establecido y lo moralmente correcto y aceptado.
La dramaturgia y dirección de Gabriel Calderón se apoya en las actuaciones de las tres actrices que conforman el elenco: Gabriela Iribarren, Marisa Bentancur y María Mendive. Sin duda la escenografía, iluminación, diseño, fotografía, vestuario y producción hacen lo suyo en la puesta en escena, para brindarnos un espectáculo de calidad.
Como el autor nos tiene acostumbrados, Ana contra la muerte nos enfrenta a una visión crítica de la realidad. Nos pone a pensar, reflexionar, discutir con nosotros mismos la visión que tenemos de la muerte y la vida; porque hay que decirlo: nos interpela.
Ana contra la muerte plantea la lucha de una madre por salvar a su hijo del cáncer. Sí, no hay un discurso liviano; los diálogos entre las actrices van cambiando la realidad de esa protagonista que se enfrenta a lo establecido y cuestiona los privilegios, la justicia y el poder… pero sobre todo cuestiona la idea de la vida y la muerte; el vacío, el tiempo, el amor, las certezas e inseguridades.
Hay que tener en cuenta que las tres actrices logran provocar una actuación tan vívida, que nos hacen pensar que esa es nuestra realidad circundante. En ese momento no somos solamente espectadores, somos parte de esa historia: la cuarta pared aparece ante nuestros ojos para que nos cuestionemos absolutamente todo.
La escenografía es minimalista, lo que no significa simplista. El uso que adquiere para representar los distintos espacios físicos a lo que se enfrentan las distintas acciones de la trama, resulta funcional y simbólico; al igual que la iluminación, que juega un papel fundamental en la ambientación. Esto se adapta al diálogo entre los personajes y la maravilla del contenido textual; es valiosa la obra y valiosa su representación.
En la sala Hugo Balzo, del Auditorio del Sodre, se están llevando a cabo las funciones de esta obra. Todos los recaudos están presentes a causa del protocolo por la emergencia sanitaria, debido a que el aforo tiene capacidad limitada y todas las funciones están agotadas.
Nota de la redacción: se pusieron a la venta la entradas por la temporada 2021.
Publicación original 07/09/2020
Comments