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Bandera negra para Uruguay

Por Dario Manna, desde Roma para 25siete

No es tan común que un periódico italiano tenga una noticia que lleve el nombre de mi querido Uruguay.


Pasó recién gracias a la captura en Brasil del mafioso Morabito –que se había escapado de una cárcel de Montevideo el año pasado– y ha pasado de nuevo esta mañana con un articulo en el Corriere della Sera, el periódico más leído e influyente de Italia, espejo de la burguesía milanesa y voz de los “moderados” italianos.


Y fue esa fuerza y autoridad del Corriere della Sera que hoy me hizo llegar temprano la noticia de un articulo sobre Uruguay: en efecto, recibí muchos mensajes de amigos italianos que sabiendo de mi fuerte relación con el país del Río de la Plata me escribieron preocupados por darse cuenta de la grave situación de Uruguay por la pandemia de COVID-19.


Sobre ese tema, hace dos semanas, el embajador de Uruguay en Italia, Sr. Ricardo Javier Varela Fernández, dijo en una conferencia durante la presentación de un convenio entre el Colegio de Abogados de Roma y el Colegio de Abogados del Uruguay que su país era un modelo de gestión de la pandemia, afirmando orgullosamente y sin pensar en sus compatriotas muertos, que: “El gobierno de Uruguay, apoyados en sus mejores científicos, ha implementado diversas medidas basadas en el principio de la libertad responsable (…). Uruguay nunca estuvo cerrado totalmente: a través del distanciamiento social voluntario y contando con una red de seguridad social como respaldo pudo transitar la pandemia sin que las medidas provoquen un impacto negativo significativo sobre la economía. Hoy estamos sumergidos en una carrera que intenta superar los contagios por medio un sistema de vacunación que es el más intenso del mundo”.


La declaración me indignó mucho y se lo dije al organizador del convenio, un amigo y colega abogado de Roma. Pero ahora el embajador oriental en el “Bel Paese” fue desmentido de una forma con más influencia que la mía.


Por suerte, es ese mundo achicado por la globalización, a veces las mentiras tienen las piernas cortas y las narices más largas de las de Pinocchio.



Mientras América del Norte tiene una tendencia positiva, la curva en América Latina no mejora. Pobreza, falta de vacunas, escasa previsión política y débiles estructuras sanitarias: así, en los últimos cinco meses se han duplicado las muertes en el continente sudamericano.

Si se observan los contagios diarios por millón de habitantes, la bandera negra es para Uruguay con 1.212 casos diarios por millón de habitantes, seguido de Colombia con un aumento del 28% en las últimas semanas.


La situación no es mejor en el ámbito de las vacunas. Según OPS, la división panamericana de la OMS, sólo el 3% de los latinoamericanos se ha vacunado. Algo de esperanza: 2 millones de dosis están de camino a Perú, Paraguay, Guatemala y Colombia. En el paquete prometido por Estados Unidos se destinarán unos 6 millones de dosis a América Central y del Sur, excluyendo, sin embargo, a Venezuela, ya afectada por la crisis económica y política. En Brasil (que aún registra 292,91 casos diarios por millón de habitantes, y que sigue siendo uno de los países más afectados del mundo), se mantienen las sospechas sobre la actuación del Gobierno de Bolsonaro, acusado de haber retrasado la compra de vacunas. Según la información oficial, hasta la fecha 45 millones de brasileños han recibido la primera dosis y 20,7 millones la segunda, de un total de 211 millones de habitantes”.

Publicación original: 07/06/2021




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