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Si no te gusta… mira otra cosa

Por Baltasar Aguilar Fleitas

Esta nota no es un manifiesto a favor del aborto. Esta nota tampoco maldice al aborto. Esta nota no pretende distraer ni divertir. Esta nota pretende agredir. Sí, agredir. Porque el arte también agrede, muerde, muestra el colmillo…

Esta nota se refiere a una obra que está en contra del ocultamiento y la mediocridad complaciente y va dirigida directamente a interpelar a los lectores hipócritas (quizás tú seas uno de ellos, ¿por qué no?, no lo descarto). 

¿Ves ahí a una mujer humilde, con cara de dolor y sufrimiento, que presumo tiene unos simples y sucios paños ensangrentados entre las piernas semiabiertas, y a un feto, su feto, aún con el cordón en un tacho a su lado? Observa bien. ¿Lo ves? Bueno, esas son, detalle más, detalle menos, las circunstancias, las vivencias, las condiciones reales, los medios, el aspecto, el olor, el color que rodean a un aborto clandestino. Aquí y en todo el mundo. Es difícil para una mujer salir con vida de ese trance. E imposible no salir herida en su dignidad. El nuevo ser concebido ya es cadáver. No cuenta. Las estadísticas hablan de “mujeres que abortan”, no de fetos muertos. Vuelve por un instante a la mujer: ¿te das cuenta cómo te mira? No creas que te da mucha importancia, te mira de costado, no te está dando la bienvenida sino que te está interrogando, te pregunta ¿y esto? ¿tú no tienes nada que ver en esto?…es decir, te mira interpelante, serena y sin sorpresa porque está descreída, porque intuye que pese a tus declaraciones contra su pobreza, su desigual punto de partida en la vida, etc etc finalmente nada harán por ella ni por las de su género y clase social.

Esta pintura se llama Joven con un feto. Su autora es Paula Rego. Métete este nombre en la cabeza. No es muy conocida y supongo, aunque no lo puedo asegurar, que sus obras no deben haber sido aceptadas gustosamente en los vernissages a los que concurren esos personajes entrajeados y frívolos de la academia y la crítica de arte. 

Paula Rego nació en 1935 en Lisboa y murió en 2022, hace tan solo dos años. Su verdadero nombre es Paula Figueiroa Rego. Vino al mundo en una mala época, en la del dictador Salazar, que se mantuvo en el poder 48 años hasta 1974 cuando reapareció la democracia con la Revolución de los Claveles. Esa desgraciada coincidencia debe haber influido en su arte que a menudo es violento, hiriente. Se fue a estudiar a Gran Bretaña y allí conoció al artista Victor Willing, con quien se casó y que murió cuatro años antes que ella.

Rego fue la primera pintora que encaró el tema del aborto. En 1998 realizó un famoso tríptico sobre este asunto (que veremos en otra oportunidad). En ese año, en Portugal, un referéndum sobre la legalización del aborto dio como resultado la continuidad de la práctica en la clandestinidad. Casi veinte años después, en 2007, finalmente se aprobó su legalización.

Paula Rego pinta a mujeres humildes, sufridas, olvidadas, marginadas, y, sin embargo, como dijo a sus 83 años, "más allá del terrible drama, siento que hay belleza".

Recién a los cincuenta años logró salir del anonimato y recorrer los mejores museos del mundo. 

Paula te provoca. Ella saca su creación de su experiencia personal, de sus sueños y fantasías, de la realidad inmunda que la rodea. Con razón dice: "En mi trabajo necesito la violencia para dañar a la gente que odio. Puedes hacer cualquier cosa con la imagen, a nivel creativo, devolver todo tipo de humillación y crueldad." Son increíbles las imágenes que pinta, pero ¿por qué son increíbles? Porque se apartan del consumo. Y lo que se aparta del consumo, se invisibiliza. Veamos: Byung Chul-Han, el conocido filósofo surcoreano, dice en uno de sus libros que vivimos en una sociedad paliativa que huye del dolor. La palabra paliativo viene de palios: manta, cubierta. O sea una sociedad que tapa todo sufrimiento o dolor, la consigna es “sé feliz”. En un mundo así es natural que la gente huya del dolor y en el arte, se aparte de imágenes feas. Las imágenes lindas en cambio son aceptadas y difundidas. Se venden. Se “monetizan” como se dice ahora. Estas no. No son imágenes “positivas”, muestran la negatividad del mundo y de la existencia. No se puede colgar este cuadro en el living o el comedor. No es un paisaje, ni un beso entre dos amantes ni una familia feliz. Hay que esconderlo. Es una mujer abortando.

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Chica con un feto

Título original: Moça com um feto

Paula Rego

2005

Pastel

120 x 110 cm

Museo: Galería Marlborough, Nueva York, EEUU

 Publicada: 06/08/2024

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