Venezuela: ¡Maduro presidente!
Por Marco Consolo (Desde Caracas)
La realidad tiene cabeza dura y quien la niega puede acabar en problemas.
Así podríamos resumir el resultado de las elecciones presidenciales en Venezuela (31 en 25 años) que vieron la victoria y confirmación de Nicolás Maduro y la derrota del candidato opositor de extrema derecha.
Los números no dejan lugar a dudas. Mientras escribo, con el 80% de los votos escrutados y una tendencia irreversible, Nicolás Maduro se afirma con un 51,2%, mientras que el principal candidato de la oposición y de Estados Unidos, Edmundo Gonzales, se queda atrás con un 44,2%. Todos los demás candidatos obtuvieron juntos el 4,6%. La asistencia fue del 59%.
El presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, denunció un ataque al sistema de transmisión de datos, que será investigado por los órganos competentes y por la justicia.
La contundente propaganda de una realidad virtual difundida a través de redes unificadas por los grandes medios de comunicación, especialmente en el extranjero, no fue suficiente para la oposición. De nada sirvió la estrategia de no reconocer los resultados electorales alegando fraude, estrategia ya desgastada, repetida varias veces sin éxito por sugerencia de los especialistas de los sectores más extremistas de Washington. De nada sirvió el bombardeo a los miles de "bots" que repetían la acusación contra la "dictadura chavista". Los intentos de sabotaje y ataques (algunos exitosos) no sirvieron para sembrar miedo. Pero casi todos fueron frustrados por la inteligencia chavista . El último ataque fue frustrado al amanecer de la víspera de la votación. Por tanto, los planes golpistas de desestabilización fracasaron. La oposición se mostró dividida, poco creativa, pero siempre apoyada por Casabianca y sectores de la Unión Europea, con la derecha española en primera fila.
Ni siquiera sirvió de nada el espectáculo mediático aéreo montado por algunos parlamentarios de la derecha fascista en España, Chile y Panamá: sin invitación alguna y sin visa, fueron bloqueados diplomáticamente en aviones con destino a Caracas y devueltos a casa.
Y las 930 medidas coercitivas unilaterales (mal llamadas sanciones) con las que Estados Unidos y la Unión Europea intentaron poner de rodillas al país y tomarlo por hambre y penurias resultaron inútiles.
A pesar de las dificultades y el impacto en las condiciones de vida de la población, venció la resistencia de un pueblo que no cedió, junto con su ejemplar dignidad. Ganó la conciencia de un pueblo que, con la victoria de Chávez en 1998, dejó de ser invisible y recuperó protagonismo mediante el ejercicio de la democracia directa. La amplia organización del Partido Socialista Unido de Venezuela y la creatividad de la campaña electoral, centrada en la necesidad de paz, estabilidad y unidad nacional hacia la recuperación económica, fueron decisivas. El fascismo interno y la injerencia externa son derrotados.
Para conocer más sobre el proceso electoral, están presentes en el país más de 900 acompañantes internacionales (incluido el escritor) de más de 100 países, así como observadores del Consejo de Expertos Electorales de América Latina, el Centro Carter, expresidentes del república y otros organismos. Recuerdo que el propio Jimmy Carter habló del sistema electoral venezolano como uno de los más seguros del mundo.
Reacciones internacionales
Inmediatamente después del cierre de las urnas, hubo una importante declaración de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, con la que pareció rendirse ante la realidad de la victoria de Maduro y deshacerse de la oposición fascista más extrema. En contradicción con Harris, el secretario de Estado, Antony Blinken, pide un recuento de los votos.
Antes de que el Consejo Nacional Electoral declarara los resultados oficiales, con una grave intromisión en los asuntos internos de Venezuela, el fascista arentino Milei apeló a las FF.AA. para lanzar un golpe de Estado y su Ministro de Asuntos Exteriores encabeza el asedio a la embajada de Venezuela en Buenos Aires. Por su parte, los cancilleres de los gobiernos continentales de derecha (junto con Guatemala) han intervenido con una operación que busca alterar los resultados electorales.
Venezuela se confirma como uno de los epicentros del choque actual entre el poder hegemónico en declive de Estados Unidos y un mundo multipolar emergente.
Ya habrá tiempo para un análisis más profundo. Mientras tanto, esta noche, en medio de fuegos artificiales, miles de personas se dirigieron al Palacio Presidencial de Miraflores para celebrar la victoria. Es el mismo edificio frente al cual el pueblo venezolano se movilizó contra el golpe de 2002 y exigió la libertad del comandante Chávez, poniendo en fuga a los golpistas.
Hoy la esperanza está en las calles. La Venezuela Bolivariana continúa su camino del socialismo del siglo XXI.
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